viernes, 31 de julio de 2009

Amor, coherencia y sentido común




Coherencia: la clave de la educación
A la hora de reflexionar sobre la educación de nuestros hijos aparece la importancia que tiene el ejemplo y la coherencia.
Si se es coherente y detrás de esa coherencia descansa el más profundo amor por nuestros hijos (no el amor fácil sino el responsable, el que toma decisiones difíciles y a veces dolorosas) entonces vamos por el buen camino. “Ser un buen ejemplo a imitar por tu hijo te facilita tu trabajo como formador en más de un 75%” expresa en una entrevista el educador, periodista y escritor John Carlin “aunque no seas el mejor de los pedagogos, aunque no sepas técnicas ni estrategias educativas”.

El secreto de una educación eficaz no es exigir.
El secreto es saber amar a los hijos y con ese sentimiento exigirnos primero a nosotros mismos no incurrir en fallas domésticas como:
Criticar delante de ellos a sus profesores, amigos, o allegados.
Juzgar gratuitamente o comentar sin conocimiento de causa.
Cambiar las normas de la casa de acuerdo al humor del día.
Pensemos siempre que:
La relación padres-hijos se base en el respeto.
Él no podrá ser sincero si comprueba que se le miente.
Demostrarle la lectura como algo muy importante para su futuro.
Manifestarle que sus estudios son importantes para nosotros.
Debemos ser precavidos, realistas y sobretodo, conscientes de la influencia que nuestro comportamiento y pensamiento tiene en nuestros hijos para hacer que ese camino que recorremos juntos no sea una “cuesta arriba” .

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