viernes, 11 de septiembre de 2009

El Miedo en los niños




Los miedos infantiles, son un fenómeno natural y universal que tarde o temprano aparece en todos los niños. Y, aunque estos miedos suelen ser pasajeros, como padres debemos fomentar la prevención y superación de los miedos infantiles, así como el comportamiento prudente ante situaciones peligrosas.
Los miedos infantiles forman parte de un proceso de crecimiento, pero también pueden resultar señales de alerta, por lo que no hay que minimizarlos ya que forman parte de nuestro instinto de supervivencia y del desarrollo evolutivo.
Ante nuevas manifestaciones, debemos pensar si derivan de nuevas circunstancias en la vida de los pequeños (separación de los padres, escuela, cambio de domicilio…) o si deriva de algún hecho traumático.El miedo sólo es negativo si se convierte en patológico,o en una fobia.


Éstos son algunos consejos sobre cómo actuar ante los miedos infantiles,
• Evitar manifestar nuestros miedos (hablamos de miedos irracionales o fobias) delante de los niños, ya que el miedo puede transmitirse de padres a hijos mediante el aprendizaje por observación. Si nosotros tenemos miedo al mar y evitamos el contacto de los pequeños con él, la falta de experiencia podría influir en la consolidación de esas fobias “heredadas”.
• Debemos educarles en la prudencia. No tener miedo a los perros, pero sí ser prudentes frente a ellos.
Modelo correcto de actuación
• De muy pequeños, seleccionar las lecturas infantiles como también las películas evitando las de terror y violencia. Aunque los cuentos tradicionales incluyen estos elementos como preparadores y fortalecedores para la vida adulta (según muchos estudiosos).
• Cuando hay miedo a estar solo, se debe fomentar la autonomía y la independencia, estaremos a su lado cuando nos necesiten. Por ejemplo, si cuando se están durmiendo oyen algo o piensan algo que les da miedo, y lloran, o nos llaman, lo mejor es acudir a tranquilizarlos.
• Se trata de evitar la sobreprotección (no la protección; dónde empieza una y acaba la otra, tendremos que hacer un esfuerzo para saberlo).

• Cuando se van a producir cambios en nuestras vidas (colegio, cambio de casa, de ciudad, separaciones…) se debe intentar realizar cambios graduales en el entorno explicándoles los motivos de ésos.
Jamás amenazar con elementos temerosos, mucho menos si son irracionales como “Que viene el cuco”, “Mira que te traigo al payaso”...
Contarles “la verdad” sobre brujas, ogros… ayudarán a que dejen de ser elementos desconocidos para ellos.
No hay que criticar o castigar al pequeño por tener miedo, sino convencerle de que no hay que avergonzarse por tener miedo: todos tenemos miedo a algo. . Hay que intentar racionalizar el miedo. Tampoco se debe comparar con otros niños o niñas (“tu hermana no tiene miedo”...).
Pero sobre todo hemos de saber escuchar, comprender sus miedos y dedicarles tiempo suficiente a nuestros pequeños. Hablarles con calma, ritmos y movimientos pausados, que sientan nuestra cercanía y contacto físico y explicarles la naturaleza de sus miedos…